23.11.12

Palabras al Che



por Leopoldo Marechal

 
                Cuando se haya redimido este ya largo deshonor
que gravita sobre Latinoamérica;
                Cuando esa gran vergüenza sea lavada con el buen jabón
que da la sangre de los héroes
                Cuando la libertad no sea entre nosotros un giro en dólares
y una ilusión tramposa
                Entonces compañero se verá, cómo un fénix puede resucitar
de su acostada ceniza.
                y no importa si el mismo sol alumbra por igual ahora
la tumba de un guerrillero recién caído
                y la espada estéril de los tristísimos generales.


                De qué te indignas hombre? Por qué lloras mujer?                           
                No sabías que un héroe debe morir y muere
como llevado por su hermoso viento.
                El héroe fue una instancia que ni sabía dormir
y un desvelo con la boca llena de clamor
                Un peligro, en suma, y una incomodidad irritante
                Por eso cuando el héroe sucumbe los malditos en acto
se alegran de frente
                y los benditos cautelosos se duelen de perfil

                Oh Che! No soy yo quién ha de llorar
sobre tu carne derrotada
                Porque otra vez contemplo una balanza ya puesta en equilibrio por tu combate último
                y frente a esa balanza, diré a tus enemigos
y los nuestros:
                Han hecho ustedes un motor inmóvil
de  un guerrero movible
                Y ese motor inmóvil que abierto en Santa Cruz
                Ya está organizando el ritmo
                de las futuras batallas.

Poema hallado en la edición de Heptamerón, mecanografiado por su autor.

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