1
fragor de manos, labios
piernas
en un oleaje vertical
cuya luz de plata besa
entre llamaradas
el cielo por un rato
un martillo incandescente
golpea el río de metal líquido
2
robaron los cadáveres
una semana después
bajo el relente sepia del desastre
sólo pudieron rescatar valores de los títulos
y no fue en el barrio de los negros
no
familias enteras de ilegales allí abajo
indios, paquistaníes e hispanos
árabes, turcos, vietnamitas y chinos
africanos, japoneses, sudamericanos
mano de obra barata y amable bajo los escombros
con sus relojes de oro enchapado
sus corbatas imitación seda y sus bombachitas de actriz
limpiaban la caquita de los hueros y abrían las piernas por un dólar
besaban a un viejo rico y le hacían creer que era verdadero su goce
vivir tan lejos para eso: una hermosa
tumba de aluminio y cristales sobre la estación del subte
en la isla más rica del mundo
3
el hombre que no duerme
nadie lo encuentra, es invisible para sus enemigos
antes de ramadán
se esconde en hoyos, en túneles
y el imperio reconoce que el mundo
es bastante grande para ocultar a osama
caerá afganistán, pero no podrán contra el miedo en esporas
el terror a los hombres distintos
vapores de odio, vapores de sangre recién vertida
la yihad contra la opulencia
las torres hundidas sobre sí mismas
acero y vidrio enredados en su propio odio
la tierra asolada otra vez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario