3.6.07

Neuquén: nueva burguesía; nueva burocracia

Jorge Sapag, el "centro" en la política neuquina




Ocho años de sobischismo continuado y doce discontinuados modificaron por completo el panorama de la dirigencia empresaria y política de la provincia. Ambas, acompañadas por la élite trabajadora petrolera están de un lado de la amplia y profunda brecha que separa a ricos de pobres. El efecto derrame es una materia en la que el gobierno saliente resultó aplazado.

Gerardo Burton
geburt@gmail.com

NEUQUÉN.- Durante el sobischismo, cuyo reinado en la provincia y hacia el interior del Movimiento Popular Neuquino está a punto de concluir y no de la mejor manera, se produjeron sustanciales cambios en la sociedad. El surgimiento y consolidación de una nueva burguesía y una nueva burocracia política no es el menor ellos.
Esta suerte de “clase doble B” está compuesta por empresarios que estatizaron el riesgo y privatizaron la renta mediante dos mecanismos principales: los contratos y licitaciones –obra pública, provisión de insumos para los sistemas públicos de salud, educación y seguridad- y créditos blandos para la actividad productiva o de servicios.
El ejemplo más diáfano de este segundo modelo es el desarrollo del circuito de bodegas con tecnología de avanzada en la zona de San Patricio del Chañar y Añelo, donde según los expertos se obtienen óptimas condiciones para el cultivo de vid.
Los empresarios-emprendedores se acogieron a un denominado plan de reconversión del gran valle de la Patagonia, diseñado por el banco provincial y recibieron créditos de un instituto de desarrollo productivo. La transferencia superó los 50 millones de dólares que se pesificaron uno a uno. Las estrategias de márketing necesarias para colocar los vinos neuquinos en los mercados de alto nivel también demandaron aportes del Estado.
Esa nueva burguesía –que también constituyen empresarios de medios de comunicación social; de empresas de medicina y de enseñanza privada junto con aquellos dedicados al creciente mercado turístico y petrolero, los más dinámicos de la economía provincial- se soporta también con la participación cada vez mayor de los empresarios y las cámaras que los agrupan en la vida social y política de Neuquén. Así las cosas, una provincia con escaso desarrollo industrial tiene un sillón titular y cuatro suplentes en la conducción actual de la UIA nacional.
En el Estado, pese al notorio desdén del elenco gobernante hacia los empleados públicos, la planta de personal aumentó considerablemente desde 1999 a la fecha: de menos de treinta mil aumentó a casi 45 mil, más del 50 por ciento. La gestión sobischista, sin embargo, apuntó durante estos años a captar profesionales jóvenes o estudiantes universitarios avanzados a quienes incorporó masivamente a los puestos de conducción intermedios en la administración pública.
Muchos de ellos permanecerán en el futuro gracias a la mutación de los contratos –de locación de servicios- en puestos en el escalafón general. De hecho, el manejo de la administración quedará en sus manos, mientras por otra parte el gobierno saliente intenta formalizar el empleo de los miles de beneficiarios de los programas sociales que integran las listas del ministerio de Acción Social.
Ese doble movimiento asegura la vida del sobischismo por lo menos durante el próximo mandato que, a una semana del comicio, no se sabe si corresponderá al oficialista sui géneris Jorge Sapag por el MPN o al radical seudokirchnerista Horacio Quiroga por la Concertación. Lejos están Alternativa Neuquina –con integrantes kirchneristas- y la Unión por los Neuquinos –sponsoreada por CTA-. Más lejos todavía está la izquierda.
El esquema descripto le sirvió al sobischismo para “autonomizar la política respecto de los intereses en juego”, indicó el historiador Gabriel Rafart, de la Universidad Nacional del Comahue.
Rafart, docente de derecho político e investigador de la política neuquina, consideró que se trata de “una de las grandes transformaciones de nuestro tiempo” que excede la capacidad y la voluntad del partido en el gobierno.
El asesinato del docente Carlos Fuentealba el 4 de abril pasado –ver edición anterior- demostró “claramente el divorcio existente entre la sociedad civil, que es capaz de movilizarse y expresar muchas voces” y la dirigencia política “dedicada a la campaña y la competencia electoral”.
La movilización del lunes 9 de abril, posterior al fallecimiento de Fuentealba, “puso esas otras voces en la calle: la sociedad desligada de la otra cuestión de la competencia política”.
Ese escenario se mantuvo prácticamente durante todo el mes de abril hasta la finalización del conflicto docente y configuró “una imagen de funcionamiento de partido y sociedad muy precisa: en Neuquén coexisten rasgos premodernos, modernos y posmodernos”, apuntó el investigador.
En esa clasificación, las características premodernas coinciden con ciertos comportamientos clientelistas; los modernos con la pretensión de la dirigencia del MPN de contar con un sistema de cuadros políticos. El aspecto posmoderno está dado por una suerte de “política líquida” que expresa la “marcada autonomía” entre la competencia política y los movimientos sociales.
Neuquén “es una combinación de estos tres mundos, y algo más: no hay que olvidar que forma parte de la Patagonia, que es producto de la invención de la clase dirigente de finales del siglo XIX”.
En este punto, Rafart subrayó el “espíritu de pionero”, con elementos anarquistas, que existe en la sociedad. Es una suerte de “ley de lucha que enfrenta al individuo contra el Estado, contra la autoridad”. Recordó que los conflictos por la privatización de YPF comenzaron en Cutral Co-Plaza Huincul “más de tres años después del proceso de privatización de YPF”.
También mencionó un aspecto conflictivo en la ciudad de Neuquén a diferencia del resto de las capitales patagónicas. En éstas, “la población está encapsulada en ciudades no mayores a 80 mil habitantes; Neuquén ha superado con creces esa cifra, y ya se une con Centenario y Plottier”, dos localidades al norte y al oeste de la capital con las que conforma el conglomerado urbano más densamente poblado de la Patagonia.



JORGE SAPAG “ES EL CENTRO”

NEUQUÉN.- El candidato del Movimiento Popular Neuquino, Jorge Sapag, “es la expresión de los tres mundos: el premoderno, el moderno y el posmoderno”, dijo Gabriel Rafart. El historiador añadió que la ubicación de Sapag “es el centro, se adecua a esta idea de que la sociedad es autónoma de la competencia política. Hace menos relativa esa autonomía”, indicó. Si accede a la gobernación, su desafío es institucionalizar el Ejecutivo y mantener el equilibrio con un Poder Legislativo que efectivamente delibere y una justicia que preserve su autonomía.
Rafart distingue, en la política neuquina, dos sistemas partidarios principales: uno está constituido por el Movimiento Popular Neuquino, y el segundo por el justicialismo. Describe un tercer sistema, de reciente formación, que exhibe una cierta movilidad y que “habla de la conversión de cierto movimiento social-gremial en formación electoral”.


INSISTE CON LOS CONTRATOS PETROLEROS

NEUQUEN (AN).- Dos semanas antes de las elecciones y tras casi un mes de ausencia de los actos oficiales, el gobernador Jorge Sobisch salió a finales de mayo a ratificar su proyecto de renegociar los contratos de concesión con las petroleras instaladas en Neuquén. La polvareda que levantó esa iniciativa no llegó a la Legislatura y apenas mereció menciones en el interior de su propio partido pese a las críticas del sindicato de petroleros, aliado al candidato oficialista Jorge Sapag.
Pocos días después, volvió a la carga con el endeudamiento con bonos garantizados por regalías. Así las cosas, el gobierno colocó la segunda serie de bonos por 125 millones de dólares –ya había lanzado una similar a comienzos de este año- para continuar con su plan de obra pública.
El gobierno prevé una inversión de 900 millones de pesos, casi la cuarta parte del presupuesto provincial para este año, en una obra pública que contempla una ciudad administrativa, una judicial y una cultural en la capital; un acueducto a cielo abierto entre un lago artificial y la capital; rutas, escuelas y hospitales entre otros proyectos. La masa salarial de empleados del Estado –administrativos, docentes, judiciales y personal de fuerzas de seguridad-.


Publicado en El Extremo Sur, Comodoro Rivadavia, el 30may07

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