el dulce de frambuesas (poesía)
por gerardo burton
geburt@gmail.com
el sur es un desierto que llora mientras canta
luis cernuda, “quisiera estar solo en el sur”
¿qué música suena
cuando dos cuerpos se tocan, cuando
inician la danza del antiguo
amor, de ese
goce protector
espantador
de la muerte, viejo
conocido que apaga la tristeza
y hace
el dolor huir?
**
en desuso
las manos, la luz
polvorienta
en el viento
en fuga
el río menguado, sin pájaros
nubes peregrinas
piedras, arenas
inútiles cuarzos
también
en desuso
**
la luz no llega
a tiempo
es un rastro
de la vieja estrella
un
agujero negro
hacia donde
nace todo
**
canta el pájaro su desconcierto
espera
el viento de cada día, el aire
seco y la arena
el polen en suspensión
el olor
de los frutales sin madurar
sabe que nada dura
salvo el amor, tan efímero
y quizá por eso
perdurable
**
volver al agua
ese abrigo
primero, esa dulzura
sobre la carne
harta de orfandades
volver al agua
al beso
manso y terrible
de un abismo
amable, y sin fin
**
el deseo es, la carne
sin duda
también
esos vapores
que en verano vuelven
a la memoria
donde
los músculos
los tendones
bailan esa danza
sin fin
**
esos muslos encendidos
de colores en la siesta
**
1
ya es el tiempo, el
mediodía caluroso
y la brisa
duermen las hormigas
dentro de cada durazno caído
borrachas de dulzor
huyen, torpes, ante
la mínima amenaza
2
los duraznos, los pocos que quedan
al regreso
abrigan las palabras breves este desayuno
la piel apenas
dulce, la pulpa que perfuma
el sol irrumpe sin piedad, paralelo
a las hojas caídas por el calor
al polvo que las cosas cargan
ella mira con tristeza
la ventana, la calle vecina
y no hay nada que recuerde
la noche, los gritos en la madrugada
sus gemidos, ese dolor
ese pequeño placer
**
no habrá ya canciones ni
poemas de macho
que atrae a la hembra
estarán congeladas las galaxias
y todas las estrellas
con su luz fría en la noche de invierno
no, la hembra habrá olvidado
su oficio
y el macho también: habrá
renunciado y
sin posesión ni
conquista
ni seducción
la carne apenas sobrevivirá
al recuerdo
de cierto ardor
**
poco hay en estos cuerpos
del glorioso pasado
vacila la carne, y más su
envoltorio ajado, los ojos
nunca tuvieron menos luz propia
la voz se quiebra
por el terror del fin
que, sin embargo
es la salvación única
**
1
esa ondulación
de la tela gris
en la calle
esta mañana de lluvia
apenas
la insinuación de la carne
dulce
hospitalaria
apenas
la certeza de saciar
sed, hambre
abismo
2
esa blandura cómplice
esa
hendidura que acaricia
en fin
ese cuerpo, esa carne
del abrigo, del consuelo
el único puente
que en la otra orilla
deja reposar
al náufrago
**
la lluvia
con banderas, con tambores
esa lluvia
de la infancia
de las alcantarillas voraces
no está más
y hasta el verano
quedó huérfano
del agua madre
que cae
cae
cae
cae
**
en la madrugada tropieza con obstáculos
que hay en otra casa
lejana, y no puede ahora
gritar, llamar
a su madre
habrá pasado tanto tiempo
porque esta noche
el animal está cansado, el espíritu
a punto de agotarse
no quiere que ella despierte
no sabría qué hacer
no podría, apenas recordaría qué
sólo aguarda la luz blanca
quieta, casi sólida
del alba, apenas interrumpida
por el vuelo y acaso el canto
de algún zorzal
**
en las mismas calles
de hace años, cuarenta
o más
los altos plátanos, el perfume
de tilos y rosas desde entonces llega
son las mismas calles y los mismos caminantes
y no lo son
un recuerdo
una memoria liviana de todo aquello, de eso
que entonces fue épico
y ahora
de ese sabor heroico
queda una sonrisa, un gesto
la dulce
permanencia sin olvido
**
cuánto duele la carne vencida
**
en la habana
poco quedó
de nosotros
sólo
un beso
y el dulzor de la guayaba
en la siesta
**
sola en su dolor anda
y quizás huele la ropa
mira fotos ajadas
discurre entre objetos inútiles
¿era éste el destino?
¿era? ¿es esto lo que permanece?
aire en movimiento, restos
de aguas, de amores
de hábitos y costumbres
que no calman
el vacío
**
ella teje
como
en los años de luz naranja por las tardes
y las hojas apenas
sostenidas, como cuando
los hijos balbuceaban
o, a lo más, cantaban
en idiomas primitivos, y jugaban
ella teje
de nuevo en colores lilas
y cocina
bizcochuelos de chocolate, algarroba
mientras el vapor
del primer mate, o del té
se desvanecen en el aire
como esa ternura débil, como
la pasión que perdura
o el deseo
que nunca cede
**
la mano
que cuida la otra mano
que acaricia
el tiempo en esa mano
que ama
el humo, la luz y el viento
que esa mano ha tocado
y que
fue tocada esa mano por la otra
sin saberlo
sin pedirlo
y sin embargo siempre
supo
que estaba ahí
**
el dulce de frambuesas
tres frascos había
en la casa
los vi
ahí estaban
y yo, nada
¿cuándo? ¿el verano
próximo tal vez?
no sé, espero
entre árboles floridos
y jazmines
duros, densos en el aire caliente
los pasos lentos
del tiempo, esa sensación
de vacío
que nunca se va
ni con el dulce
recién hecho
**
el malvón rojo apenas se mueve
en el aire de la tarde
algunas hojas saben del otoño: la
higuera, por ejemplo, o el
limonero
no hay aún la fragancia de las manzanas maduras
pero por las dudas
los viejos amantes se abrazan
caminan al sol que cae
sostienen
ese cuerpo común que alegrías les ha dado
**
1
ella va a hornear
el pan
que en una nube de harina
estuvo amasando
el horno entibia la mañana gris
pero a ella le importa poco
mira un rato
la calle vacía
habla con la gata
que maúlla discreta
el pan recién hecho
aroma la casa
donde ya no viven los hijos
ella seca sus manos y suspira
sin aguardar nada
para eso, se dice sin pensarlo
están las manos y la gata de ojos amarillos
el calor tibio del horno
el pan
recién cocinado, la harina
sostenida en la luz
2
algo del barro
en esas manos, algo
del eterno girar del tiempo
y la luz
algo que por la ventana
observa
una columna de humo
el vino morado en los labios
el lento crepitar de la masa
que amarillea en la cocina
ella es así, su mundo
de silencios, casi sin palabras
sólo no calla
lo que canta
**
es una soledad
anterior
a todo
no se ve
es una soledad
en el sueño
en la vigilia
en ese
duermevela
previo
al amanecer
**
descolgué el columpio
que se estuvo balanceando
vacío en estos días, en la brisa de la mañana
en el fiero viento
del atardecer
parece más desnudo ahora el olivo
parezco yo más solo
a kilómetros
de las risas, de los ojos
y de los sueños
de esas niñas tan queridas
**
ni es recuerdo
el dolor del ala
ni es apenas
la brisa de la tarde
hay trenes
y un silencio entre los troncos jóvenes
del guayabo
y el limonero
**
pequeña lluvia
sobre ramas, piedras, senderos
pequeña palabra
que acaricia, pequeña
agua que corre
que no más
de una vez moja
almas, puentes, labios
metales que brillan
**
se esconde ella
en el aire
detrás quizá
lo único
que el viento
no mueve
es su sombra
a macky corbalán
**
negro ciprés
cielo
negro
ciprés
mar
negro
ciprés
**
las estrellas titilan
debajo
¿o no hay
arriba tampoco
y todo es
un mirar desde dónde
o hacia dónde?
**
son los ojos
pese al viento
en la siesta
son los ojos
**
en sus rodillas terminan
mis labios
en su oscuro vientre
comienza
la luz sin final
en su andar
el viento
no halla refugio
**
la distancia mayor
es
la del beso
de quienes se aman
**
el tiempo detenido del insomnio
en esa sombra sin bordes
ni final, ni principio
llueve sobre el
barro dormido
**
uñas
dientes
huesos
quedan
de la
ternura
del principio
**
creía que
en la edad
alta
el sexo
sería el gozo
y no
ese fuego negro
que muerde los pies
en la mañana
**
cuál habrá sido
mi plato de lentejas
el guiso rojo
de la derrota, de la
usurpación
y la renuncia
ganó la sed de
una frontera
y andar
el camino
nuevo
estar afuera
**
al fin del día: escaleras
oscuras, manos que no
tocan
un lejano rumor de trenes
que parece
himno, letanía
es poco
los ojos no confían
en lo que ven
los labios no aman
la boca besada, y la lengua
miente
ya se sabe, entre el paladar
y la nada
**
en la munich de la costanera
al lado del río
sin hablar
sin saber si
era el regreso
o sólo olvido
**
no había más que esperar
estos tiempos
era
apenas callar un rato
mientras
la carne desvanecía de vejez
y el deseo
ya no volvía
del pozo horrible
un error entre
vapores de café
y la humedad del río próximo
en el plata
o el limay
todo es igual: sauces y morir
**
tangos
1
cómo decirle
ya basta
cómo
a esta mujer
tan amada, tan
en veloces nubes
en
oscilantes embarcaciones
sobre el mar gris
cómo hacer que sepa
de este final
cómo
desatar los nudos de la vieja
pasión
cómo haber olvidado
que las siestas
son ahora heladas
vigilias
en playas extensas
adonde las aves vuelven
desde la bruma
de ella
2
lo dijo
sin vuelta atrás
el viraje fracasó
y ahora qué
queda sino
sufrir
mientras la luz cae, gris de
cenizas en la boca
3
es tu paso
el que regresa
ya no vos, ni tu tapado
marrón
ni la más mía
ni la lejana
maría
dijiste
adiós
4
no puedo
con la luna
en tu ventana
no quiero
que duerma
sólo espero
que llores
como esta lluvia
como la luna
esta noche
**
1
el amor, a veces
huye nomás
2
después del deseo
todavía
en la otra orilla
mora el amor
**
gatos, insectos & otras gentes
1
había una gata en el sueño
una gata
de ojos amarillos
y vos
2
dos gatos andan al sol
en la pared medianera
un perro
come de la mano
de una muchacha
hay sol, dicen
y el aire vuelve
a los pulmones
tras el mal sueño
3
unas migas
para la gata
un poco
de queso, de agua
y las moscas
o las mariposas o las polillas
ella acecha
el sol del mediodía
y vuelve
en la tarde
para esconder sus ojos dorados
4
el gato barcino juega
bajo la camioneta detenida
husmea la calle, las piedras
que ilumina el sol
no está convencido de su movimiento
acaso el mundo ya terminó para él
y está en una zona sin dios
es difícil su existencia
los gorriones
no se dejan atrapar, y los
perros
lo acosan
sabe que es una presa
y poco le quedará
si lo atrapa la jauría
pero se empecina: es
idiota en la reiteración
de sus gestos
lento en su danza, lento
en su andar
maúlla en una queja
es apenas un remedo, una
copia infiel del original
que poco recuerda
al tigre que fue
5
los gatos
ya no buscan más
los vuelos
de polillas
mariposas, moscas
sino
ese redondel imperfecto
esa
espiral amarilla
que nace del aromo
en los patios
en las calles
alguien dice
que una muchacha
mira
desde el limpio
perfume del aire
dice
que el cielo
tiene ese color
por el amor
que apenas llega
6
el sauce
verde sobre el agua
y verde
antes de tiempo
sus hojas rumorosas
esa cabellera difusa
en la luz
entre
mariposas blancas
y la gata
quieta
en espera
antes
de la sombra
total
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